Bueno, vamos a comenzar por preparar el cacharrete para el primer proyecto y los que vengan después. En este primer apartado vamos a centrarnos en instalar el sistema Raspbian en la Raspberry, adecuar la tarjeta, configurar una ip estática e instalar los programas en el ordenador (Windows) que usaremos para comunicarnos con la Raspberry.
Lo referente a la instalación del sistema está muy bien documentado en otras webs, así que si ponéis en vuestro buscador favorito cómo hacer cada una de las cosas os saldrán un buen número de entradas que sin duda os lo podrán explicar mejor que yo. Por ello este apartado va a ser escueto pero conciso y la literatura la dejaremos para cuando nos metamos en harina.
Comenzamos descargando Raspbian, la versión Desktop desde aquí:
https://www.raspberrypi.org/downloads/raspbian/
A fecha de hoy es la versión de junio de 2018
Podemos comprobar la integridad del archivo comparando el SHA-256 que tenemos en la página de descarga. Hay diversos programas para ello, gratuitos y de pago. No obstante, si tienes que instalar un compresor/descompresor de archivos, 7zip integra esta funcionalidad en el menú contextual. No es la forma más cómoda de hacer una comparación, pero sirve perfectamente y estamos usando un programa open source.
El siguiente paso es formatear la tarjeta, con un programa como Sdcard, por ejemplo:
Y por último descomprimir y grabar la imagen en la tarjeta, lo que se puede hacer con Disk Imager:
https://sourceforge.net/projects/win32diskimager/
Son aplicaciones muy intuitivas, lo único que hay que tener cuidado es de formatear lo que corresponda y grabar la imagen donde se deba, prestad atención no la vayáis a liar parda por correr.
Con esto ya tenemos la tarjeta lista y la podemos pinchar en la Raspberry. Conectamos un monitor, teclado y ratón, encendemos el chisme y procedemos a una primera configuración: idioma, clave, wifi y actualizaciones. Sale todo automáticamente en pantalla así que no hay mucho problema. Prestad atención en todo caso a la clave, porque es fundamental. Por defecto el usuario que trae el sistema es «pi» y la clave «raspberry», podéis cambiarle la clave por la que más os guste, pero recordad recordarla 😉 Tras eso pedirá reiniciar.
Una vez que reiniciemos habrá que configurar un par de cosillas más: En “Configuración de Raspberry Pi”, que se encuentra en el menú de «Raspberry >> Preferencias»:
En la primera pestaña, “Sistema”, pondremos “overscan = desactivado” si queremos que la imagen ocupe toda la pantalla del monitor y no muestre un dedo de margen alrededor.
En la siguiente pestaña, “Interfaces”, activaremos “SSH” y “VNC” Con esto podremos conectarnos a ella de forma remota. Para ello sería conveniente asignar una ip estática a la Raspberry. La configuración depende de cómo tenga cada uno su red local: si es cableada con ips estáticas pues es fácil, se configura como cualquier otro equipo con una ip libre del rango que estemos usando y listo, si estamos con servidores DHCP, pues lo suyo es entrar en la configuración del router y reservar una ip para la mac address de la Raspberry, así cada vez que nos conectemos con la Raspberry lo haremos siempre con la misma ip. Cómo hacer esto depende del modelo del router que estemos usando, cuestión de echar un ojo al manual.
Ya casi está. Ahora vamos a configurar la tarjeta para poder usar todo el espacio: Abrimos una ventana de terminal y tecleamos “sudo raspi-config” y la opción la tenemos en “Advanced Options >> Expand Filesystem”.
Nos dirá que tenemos que reiniciar para que los cambios surtan efecto. Con el comando df –h podremos comprobar el espacio disponible, el usado y tamaños de unidades.
Y finalizamos actualizando. Para ello en la consola tecleamos los siguientes comandos:
sudo apt-get update sudo apt-get upgrade
Con esto ya tendremos la Raspberry lista y configurada.
Ahora que ya tenemos el chisme en marcha vamos a instalar un par de programas en el ordenador para comunicarnos con la Raspberry de forma remota. Vamos a usar los programas PuTTY y WinSCP
https://winscp.net/eng/download.php
Con el primero nos comunicamos con la Raspberry por terminal, el segundo lo usaremos para subir archivos. No obstante para todo esto hay alternativas, cada cual puede optar por la más cómoda para él.
Vamos a hacer la primera conexión con PuTTY, para ello basta con indicarle la ip de la Raspberry. El puerto por defecto es el 22
Podéis salvar la configuración y así la próxima vez que abráis el programa tan sólo tendréis que seleccionarla y abrir.
Al abrir se abrirá una consola y nos pedirá el usuario, «pi» y el pass, que será el que le hayamos puesto en la configuración si es que se lo hemos cambiado.
Para conectar con WinSCP el procedimiento es muy parecido, pero en este caso además de indicar la ip deberemos ya establecer nuestro nombre de usuario y pass. También se puede salvar y que almacene estos datos para futuras conexiones. La pantalla debe quedar así:
Y con esto ya tenemos la Raspberry configurada y también los programas en Windows para comunicarnos con ella. En la próximas entradas seguiremos instalando programas y realizando algunos otros ajustes.
Ya queda menos para empezar a jugar…